CEIP Nuestra Señora de Gracia (Málaga)
"Si los niños están en lugares bien cuidados y ven cómo se ocupa de ellos una comunidad, será más probable que lleguen a ser ciudadanos que se preocupen por el espacio que los acoge”. Estas palabras de Vea Vecchi nos muestran de lleno la dimensión y la importancia de los ambientes.
En el CEIP Ntra. Sra. de Gracia de Málaga, desde el 2003, llevamos a cabo un proceso de transformación en torno al Proyecto Educativo La ilusión de vivir y crecer en compañía, en el cual está implicada toda la comunidad educativa.
Desde el principio buscamos una escuela amable con la infancia. Poco a poco, fue mostrándonos su importancia para la mejora de convivencia, el fomento de las relaciones que se establecían en nuestra comunidad y para llevar a cabo procesos de enseñanza y aprendizaje más coherentes con nuestra filosofía educativa. Lo que funciona crece, por eso, lo que comenzó siendo una mejora en la estética pasó a una intervención en los espacios interiores y exteriores, conscientes cada vez más de la importancia de su influencia en las propuestas educativas, iniciando un proceso de revisión y rediseño en nuestras aulas, patios, zonas comunes… desde la escucha y la participación de nuestra comunidad educativa, sobre todo de las niñas y niños. Cada vez más creemos necesario seguir apostando por una línea de mejora de los espacios y ambientes educativos. Una mejora que no sólo es estética, sino que conlleva otras formas de hacer escuela.
Esta revisión y cuestionamiento creció con la crisis sanitaria del Covid-19. La necesidad de buscar entornos saludables al aire libre nos ha hecho más conscientes de la gran potencialidad de una pedagogía al aire libre y naturalizada.
Nos gusta definir nuestra escuela como una escuela de relaciones. Buscamos que a través de ellas (relaciones con el saber, con el arte, con el otro...) nuestro alumnado fortalezca su identidad, desarrolle sus potencialidades creativas, cognitivas y su capacidad de convivir. El espacio nos parece el escenario imprescindible en el que todo ello se produce, la riqueza en las ofertas y el cuidado de la estética incrementará sin duda la calidad de los procesos de enseñanza aprendizaje.
Espacios interiores en los que buscamos romper la estructura tradicional del aula, huyendo de la uniformidad del pupitre y favoreciendo la diversidad de maneras de estar en ella: trabajo cooperativo, en pareja, de investigación, asambleas… incorporando las zonas comunes como lugares habitados y recursos de primer orden. El espacio como facilitador de procesos ricos de enseñanza y aprendizaje.
En cuanto a los espacios exteriores, comenzamos buscando integrar más la naturaleza en nuestro patio de recreo y realizar una oferta más variada en los juegos. Romper con la uniformidad del patio gris. La neurociencia ha demostrado que el contacto con la naturaleza en la infancia tiene repercusión en el número de conexiones neuronales y estimula una organización cerebral rica y variada, una mayor plasticidad, de modo que favorece el desarrollo intelectual y el aprendizaje cognitivo. Diversos autores han constatado que hay relación entre la cantidad de naturaleza con que cuentan los centros y los patios escolares y el bienestar infantil. De nuevo, lo que funciona crece, vimos que crear una oferta variada, poner mesas, sillas, espacios de juego alternativo, diseñar (con ello/as) zonas de reunión provocaba otra ocupación de los patios, más coherente con nuestra visión coeducativa y de sostenibilidad.
Los patios también pasaron a ocuparse más allá de la media hora del recreo, habilitando espacios que pudieran usarse durante todo el día, ya sea en talleres, tertulias, en pequeño grupo o con el aula entera. Cada vez apostamos más por desdibujar el dentro/fuera, espacios versátiles que respondan a nuestras necesidades y propuestas: el patio como aula exterior, la entrada o el comedor como espacios de recreo.
En todas las intervenciones realizadas hemos incluido a la comunidad como sujeto activo y hemos buscado, como hemos visto, no sólo una transformación física o estética sino también pedagógica y metodológica. Se han implicado en el proceso, no sólo el equipo educativo, el alumnado y las familias, hemos buscado la colaboración de las instituciones, favorecido proyectos de aprendizaje-servicio, aprovechamiento de recursos del entorno… Y esto no sólo en el diseño, sino en el mantenimiento y cuidado posterior de estos espacios, como ejemplo, cada aula, además de sus responsabilidades de clase asume una de cuidado colectivo del centro.
Creemos que conocer las potencialidades de los espacios y formarnos en ello, nos ha ayudado a crear espacios armónicos, naturales, saludables y sostenibles que mejoran los aprendizajes, las relaciones, la salud, el compromiso medioambiental... de toda nuestra comunidad.
Etapa educativa: Infantil, Primaria
Temáticas: Ámbito cívico-social, Comunidades de Aprendizaje, Organización y gestión
Programas para la Innovación Educativa: ALDEA A (Ecoescuelas)
Reconocimiento recibido: Premio Bandera Verde en reconocimiento a aquellos centros que consiguen determinados niveles de mejora, otorgado por la Red Andaluza de Ecoescuelas.
Para saber más:
